Nuestro vecino de la calle Marqués de Cubas, el escritor Francisco Ayala, ha fallecido esta semana a los 103 años de edad. Desde TANDEM queremos expresar nuestra condolencia por su muerte y dar a conocer a nuestros alumnos un poco más sobre su vida y su obra.
El Rey, los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno y una larga lista de personalidades de la cultura y la política acudieron a la capilla ardiente del escritor. Con él moría el último representante de la Generación del 27.
El ex ministro de Cultura y ex director del Instituto Cervantes, Molina, dijo que «Era un hombre cabal, digno y honorable», mientras que la escritora Almudena Grandes aludía a Ayala como «escritor imprescindible» y también como «un referente cívico y moral; una persona impresionante por su escritura y por su manera de estar en el mundo».
La muerte de Ayala, como destacó Almudena Grandes, ha tenido «una consecuencia para la literatura española: la Generación del 27 estaba viva hasta hoy y, con su muerte, que cambió la vida de las personas que estábamos cerca de él, se cierra un capítulo de brillantez suprema».
Nacido en Granada el 16 de marzo de 1906, Francisco Ayala se trasladó a Madrid en su infancia y allí completó sus estudios. Luego fue profesor en la Universidad de La Laguna, Tenerife, desde 1934 hasta el final de la Guerra Civil española (1936-1939).
Tras la contienda se exilió a Argentina, donde permaneció hasta 1950, pasando después a Estados Unidos, antes de regresar a España en 1960, instalándose definitivamente en Madrid en 1978.
Autor de obras como El boxeador y un ángel, Historia de la libertad y Cervantes y Quevedo, Ayala tiene en su haber varios premios, entre ellos el Cervantes, el más importante de las letras hispanas, que ganó en 1991, al que se sumaba el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En 1984 había obtenido el Nacional de Narrativa por Recuerdos y olvidos y era doctor honoris causa de varias Universidades españolas y extranjeras.
El literato, autor de obras como Muertes de perro e Historia de macacos, fue homenajeado el 16 de marzo pasado con motivo de su 103 cumpleaños por las autoridades españolas con la reedición de su obra Glorioso triunfo del príncipe Arjuna.
Ayala estaba casado con la hispanista estadounidense Carolyn Richmond y era padre de una hija, Nina, fruto de su primer matrimonio con la chilena Etelvina Silva.
El intelectual y académico de la Lengua ha aportado «una visión amplísima de la Historia de España y de nuestro siglo», declaró ayer la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. La consejera andaluza de Cultura, Rosa Torres, destacaba tras visitar su capilla ardiente que «fue un hombre muy vitalista que nos hizo pensar y tener la ilusión de que nunca iba a faltar, por su fortaleza intelectual y física».
Francisco Ayala murió en el único día en que no leyó el periódico. Siempre quería estar al tanto de las cosas, de todo lo nuevo, de cualquier avance tecnológico. Muchos le llamaron este año «el abuelo de Facebook» porque era tal vez el usuario más longevo registrado en esa red social de internet. Tenía su propia página, que ayer se llenó de mensajes de condolencia y, sobre todo, de agradecimiento por su obra y por su vida, por su honestidad y por su sabiduría.
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