Adiós a alfredo cerrolaza, el alumnos decano de los cursos de alemán
Alfredo Cerrolaza ha sido nuestro alumno decano, ha estado participando en nuestros cursos de alemán durante 22 años, impulsado por su inagotable curiosidad y necesidad de aprender y dejó de asistir a clase el pasado mes de junio, a los 93 años de edad. Su relación con el alemán se había iniciado cuando era pequeño, cuando su padre le matriculó en el Colegio Alemán allá por los años 30, y sus estudios se interrumpieron durante la Guerra Civil española.
Así que Alfredo retomó sus relaciones con el idioma alemán 60 años después. El alemán le conectaba con su niñez y con todos aquellos descubrimientos, conocimientos y experiencias que tienen tanta intensidad en nuestra infancia. Todavía conservaba en casa los libros escolares, impresos en letra gótica, que mostraba orgulloso a cualquier persona de origen alemán que pisara por casa. Su reencuentro con la lengua de Goethe le llenaba de felicidad, empleaba largas horas en hacer los deberes y preparar los Referate, pequeñas exposiciones orales que cada participante de la clase tenía que presentar periódicamente al resto del grupo. Los escribía cuidadosamente a mano – ¡hoy en día! -, consultando revistas, textos (nada de Internet) y acudiendo a su enorme memoria y muy amplia, amplísima cultura.
Con traje y corbata
Acudía a las clases con traje y corbata y participaba activamente en los debates que se suscitaban, no en vano el curso de TANDEM en el que estaba inscrito se llama Debatte.
En este curso están Juan, Concha, Pilar, Manuel, Sonia y Fernando (también recuerdo a Kate), que llevan también un montón de años aprendiendo en nuestra escuela y que, junto con sus profesores, Franz y Klaus constituyen un entrañable y generoso grupo de amigos que se reúnen, aparte de las clases, por lo menos dos veces al año para cenar juntos. Y que hace algunos años hicieron una excursión juntos a La Rioja con la excusa de presenciar un concierto de una familiar de Juan. Excusa innecesaria… Pasaron unos días inolvidables que Alfredo recordaba con mucho cariño.
Para Alfredo, como para las otras personas del grupo, la clase de alemán ha sido (es) un aliciente semanal, un espacio en el que nos sumergimos en un idioma, en el que aprendemos del bagaje que cada persona trae a la clase, una actividad en la que se da y se recibe mucho. Pura vida, pura energía, así son las buenas clases, en los buenos grupos, con los buenos profesores y profesoras. Aprender es una experiencia vital.
Alfredo aportó muchos granos de arena y recibió también mucho a cambio, hay mucho que agradecerle a él y a sus compañeros y compañeras. Y a los profes, Klaus, Franz, Birgit, Andreas, Julia…
Ahora Alfredo Cerrolaza se ha ido para siempre y el grupo Debatte continúa, como él hubiera deseado.
Matilde Cerrolaza, directora de TANDEM Escuela Internacional